Dicen gracias. Me agarro a las molduras fuerte y siempre quedan marcas en mis dedos. El corazón como un bizcocho está borracho y mordido en las esquinas. Viene entonces un invierno por anticipado. Otra disculpa, la que me saca de cualquier estadística, y disculpados quedan todos de sus errores. Sé decir que lo he hecho mal y las fuerzas menguan para la modificación de trayectoria. No tener un objetivo es tarea complicada. Todo tiro es un carambola que rompe pero no cuela. ¿Quién será capaz de perdonarme?
Nares Montero
4 comentarios:
Quien no sea capaz de perdonarte es que ni te conoce bien ni merece conocerte más.
El único perdón que merece la pena es el que nos damos a nosotros mismos.
Besos,
K
entiendo lo que dices... te perdonarás tú sola porque en realidad es lo único que importa. suerte en tú búsqueda de curro y que les jodan a las estadísticas ¡¡
Se como eres a escondidas. No hay otro camino para eso que te duele.
Un abrazo fuerte mi niña roja,
Kike
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