La inquietud es una cuerda
de la que cuelga el olor
a faisanes muertos.
Un paladar en ascuas,
escamas en la boca
escarlata.
La conmoción afilada
de un entierro.
Una estación sin trenes.
Un descanso lagartija.
Relicario de insomnios.
Huelen los huesos
a paja mojada.
Rutina hecha brecha.
No está en adoquines,
habita las líneas
que separan las baldosas
de la periferia,
estribaciones angulosas
del paso del tiempo.
Nares Montero
2 comentarios:
No es casual. Sentimos y escribimos al tiempo.
Tu auxilio esta noche es para mi un "rescue me".
Necesito yo también, al fín y ya, auxilio.
Besos niña roja
la caza muerta huele doblemente a muerte...
(qué tal estás???)
besos
K
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