sábado, 15 de noviembre de 2008

Puertas y saltos


Un espacio de puertas abiertas es una intrusión infantil y libertina.

Hoy me preparo para cruzar el umbral, el hueco hecho frontera, de un espacio aún sin explorar.

Imprudente me lanzo sin haber echado siquiera un vistazo. Pero a veces las cosas has de hacerlas así, sin pensarlo y sin mirar. Como quién salta a una poza profunda desde una altura de vértigo... o te lanzas o te quedas ahí paralizado esperando que llegue el coraje. Y nunca llega por si solo.

La noche ha hecho acto de presencia en el día y se apoderado de él. Lo ha engullido. Rauda en su aparición me recuerda que apenas a escasas horas mi salto mortal espera. Primo hermano de la muerte me tienta y yo medito estratagemas y hago cálculos y cábalas. Repaso las probabilidades y me detengo en las funestas.

Lo peor que podría pasar ronda por mi mente vestido de ridículo y vergüenza, también pasa vestido de tarde de domingo triste y sin esperanza o quizá su disfráz sea de rechazo y desengaño.

En cualquier caso todos esos trajes me han servido en algún momento. Todos los he llevado sobre mis hombros.

Ahora pues voy desnuda o limpia, todo lo limpia que puede una estar después de un día de trabajo en que las horas pasan y las luces cambian y todo son sombras tras farolas amarillas de calle.


Hoy los botones han decidido permanecer desabrochados en un acto de rebeldía, en un acto de puertas abiertas, de atrevimiento pueril.


Y quise bien de mañana ordenar y escribir palabras importantes, como cuando me voy a la cama. Pensé en ideas lógicas e interesantes sobre las que profundizar, sino con un café entre las manos al menos si con un bolígrafo entre los dedos.

Leí y me fasciné con el derroche de talento de otr@s compatriotas planetarios o ciber-estelares.

Realmente es tal la explosión de sabiduría y buen gusto que desprende según que letras, salidas de según que plumas o según que teclas, dado el siglo en el que estamos, que una, en vez de escribir, solo piensa en el estilo, en la frase, o la historia que no fue capaz de crear.

Y en la poesía.

Oh! si en la poesía.

No la de versos troquelados y esculpidos milimetricamente.

No en la que te pierdes trás palabras imposibles.

No en la que el sentido transciende nuestro espíritu.


Sino en la plebeya.


La que no ata la métrica.

La que no esconde dobleces.

La que desahucia impostores.


La plebeya, la sencilla. Comunal.



Quizá sea como esta poesía mi salto. Mi atrevimiento.

Quiera que sea como esta poesía sublime y discreta de andenes y calles.

De puertas abiertas.

De bares, carmín y besos...

a quemarropa!


Deseadme suerte.


Nares Montero





2 comentarios:

Shunyata dijo...

Thanks to the pretty blog nice material.
Have a great day .. ^ ^

LD dijo...

cai, como en un pozo, en tu blog, y en vez de oscuridad descubri una hermosa luz y brillo. vida, tus palabras hablan..dicen...y tienen vida propia que se contagia.
Brindo por lo tuyo,y por la poesia.