lunes, 13 de septiembre de 2010

Se hace saber

Hay cosas pequeñas
como las finas venas azules
que recorren las muñecas
o los rizos de la chica
inconsciente tendida en la acera
que me hacen sentir indefensa
entonces el corazón me chilla
como una flauta dulce
y me pesa más el cuerpo desde arriba.

Más lejos está el resto de la tierra
y aquí un compatimento estanco,
una minúscula pecera de tristeza
donde los cadáveres flotan
y se desaprueba la impronta
que ha dejado el amor.

Cuando obedezco
a la miniatura de pensamientos,
tengo las heridas abiertas como ríos
y no hay sutura que no parezca
un despilfarro de grapas,
un malogrado remiendo
en forma de presa.

Sé que deberías saber
de estas insignificancias:
jugar con cerillas, escaldar el miedo,
la mecánica de la turbina;
por si un día apareces
y no encuentras el manual de instrucciones.

Nares Montero
Foto: Asturias 2005. Nares Montero

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