Los sucesos te tocan,
se filtran por tu piel, con poros,
como un escurridor que se vacía de agua.
No sabes ver las cosas si no es a través de tus ojos
(en el fondo están los posos, motas que manchan tus pupilas).
Del colador de tu conciencia.
Del tamiz de tus principios.
No somos más que utensilios de cocina
que ni pinchan ni cortan.
Nares Montero
2 comentarios:
Un beso niña roja
Y otro. Buen poema, espléndido el colofón. Yo quitaría el paréntesis.
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