viernes, 21 de marzo de 2008

taciturno alado




Resultas casi un príncipe,
vas y vienes con tus menudencias,
arrastras tus humildades como tu sombra,
fiel por debajo de tus talones rotos.

Tus invisibles detalles
dotan de fe
y credenciales reales
el espacio que recorres.

Tu cara limpia como la mañana,
es una brisa marina.

Tus ojos, lejanos pozos inescrutables,
buscan la sabiduría de lo bello.

Tus manos prudentes,
tienen gestos magnanimos.

Tus silencios llenan el aire.

Tu risa de lucero el cielo.

Tu cadencia, tu ritmo,
es la sinfonía de lo bello.

Todo en ti es majestuoso.

Veo tu invisibilidad,
tus detalles, tus imperceptibles
derroches de magia.

Tu poesía es tan sublime y tan discreta
que logras esconderte
en escalones, puertas, quicios,
salientes, postigos y ventanas.

No sorprendería que volaras.

De la espalda te nacen alas.





Nares Montero

1 comentario:

Anónimo dijo...

La primera vez que lo vi, lei taciturno a mi lado y no taciturno alado, si hay un porqué habrá un regreso. De lo mejor que has escrito, besos emocionados señorita Montero