lunes, 18 de octubre de 2010

La amistad prudente

Permanezco
a una distancia de bolsillo,
(no siempre abierto)

La vía del tren, su cremallera de dientes
el hilo del puente, en su zigzag suspendido
como el atuendo correcto
de la desconfianza

No ser asiduos de los mismos delitos
negar que nos sea común el idioma, los suspiros,
o las piedras que juegan histéricas con nuestros dedos

La boca estomacal en un resistirse contínuo
a hallarte en la rueda de reconocimiento a la que he sido convocada,

en la morgue maquillando
los rostros de mi espejo

permanezco a una distancia de bolsillo

Nares Montero

3 comentarios:

Santiago Bertault dijo...

Los bolsillos son como los refugios nucleares, para guardar amistad no hace falta que sean grandes.

José Ramón San Juan dijo...

Tienes una errata: "hayarte" debería ser "hallarte".

trovador errante dijo...

Hola niña roja,

Me gusta la nueva luz que tiene a quemarropa.

Te debo un mail y un encargo...creo que algo me conoces, y soy un desastre para estas cosas del "ya lo haré..."

Espero que estés bien y que metas la mano en todos los bolsillos que puedas, la amistad hay que mimarla mucho.

Un besazo mi niña,
Kike