con los labios sangrando.
Abrigo largo de funeral con lluvia
y no como las niñas
de nombre Irene
y cara de margarita.
Tocando el bofe de la vaca,
aún caliente
sigue palpitando, así, en canal.
No como las pecas,
ni la risa que se queda
en los columpios al final de la tarde.
Lloro como los carteles,
silencio en el hospital
y no rebañar el plato
con la lengua,
rebañar la lengua.
Lloro sonámbula,
la bañera se inunda
y en el suelo un charco
avanza y avanza.
Lloro en eclipse terrestre
tapándolo con el pulgar.
Lloro pantera bizarra,
no despensa llena.
Candil apagado.
Niebla galopante.
Óxido de manzana.
Tu muerte me silba.
No sé acabar el poema.
Nares Montero
9 comentarios:
Amiga Nares, si vas a llorar, lloramos los dos.
Aprovecho para dejar un anuncio: Se ha perdido un comentario que había en mi blog. Si alguien lo viera, por favor, avíseme con premura. Se recompensará.
Llorona. En serio, me gustó.
Tienes un e-mail
me encantó, me encantó y me encantó.... lo mismo que zuñi, tienes un mail
yo lo veo terminadísimo...
besos
K
Muy buen poema, poetiza-pollo. Per es hora de pintarte un domingo en la sonrisa, vale?
Besotes amarillos, color pollito!!!
Si hay que llorar, mejor hacerlo bien.
¡La muerte silba!
¡Se rebañan las lenguas!
Grandes hallazgos.
Un abrazo.
Yo también creo que lo has terminado, ¡y de qué manera!
Me encanta, me encantas.
Un beso grande,
Vanessa
Perfecto, de pies a cabeza, y eso que no puedo distinguir la cabeza de los pies porque ese poema es puro sentimiento... Perfecto!
No sé cómo agradecerte, espero que te guste un poco lo que hago por mi blog www.tercerasalida.blogspot.com
y así quedaremos, no digo que a mano, pero cerca.
Un ayudita en cuerdos...
un beso
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